Sí, el gluten es
algo que todos debemos tener en cuenta a la hora de alimentarnos, siendo
celiacos o no. Tal vez suene extraño. ¿Por qué debería cuidar el gluten de mi
dieta si no muestro signos de intolerancia o alergia?
Es muy sencillo, si
bien es cierto que los cereales son muy importantes en la alimentación de todos
aquellos que no son celiacos y en la pirámide alimenticia los cereales se
encuentran en la base de la alimentación, en esa base, no sólo podemos ver trigo,
sino también arroz y maíz, cuya importancia en nuestra dieta es más que
relevante. (Incluso en la mayoría de las ilustraciones existentes hay dibujos
de panes, pastas, arroz y mazorcas)
Así, siempre que
podamos, deberíamos sustituir productos fabricados con derivados del trigo,
cebada o centeno, por otros fabricados con derivados del arroz y el maíz.
Esto se debe a que
el gluten es una sustancia pegajosa, una especie de goma, que comemos a diario.
¿Te imaginas como afectaría a tu estómago tragarte un chicle a la semana? ¿Qué
tal unos trozos de goma de borrar? Mal, muy mal.
Precisamente,
cuando una persona celiaca, o padres de hijos celiacos, o abuelos, etc, están
aprendiendo a cocinar productos sin gluten, como pan, magdalenas, bizcochos… de
lo primero que se quejan es de la diferencia en cuanto a textura. Si bien, las
cosas con gluten quedan uniformes, bien unidas y esponjosas con facilidad, las
cosas sin gluten se rompen y desmigan rápidamente, y no quedan tan esponjosas.
Esto es porque no tienen ese “pegamento” que une los ingredientes, y que se adhiere
sin dejar escapar las bolsitas de aire que crean esa esponjosidad.
Hay muchas personas
a las que, pese a no mostrar dicha intolerancia o alergia jamás, les cuesta
digerir ese “pegamento”, creando residuos en el estómago y el intestino, que
derivan a la larga en otros problemas digestivos, algunos de carácter muy
serio.
Imagen obtenida de: http://blog.greendeals.org/go-green/top-gluten-free-website-app-resources/
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