sábado, 19 de marzo de 2016

Tarta de queso con frambuesas y grosellas. (Sin gluten)

  • Dificultad: Fácil
  • Preparación: 30 min + reposo 4 horas.
  • Precio: Medio

Hola a todos, hoy os traigo una receta que me encanta. Las tartas de queso son una de mis pasiones, pero muchas veces salen demasiado secas o muy ácidas. Esta receta es tal vez una de las que más me gusta, queda muy cremosa, es muy fácil de realizar y además no necesita horno. Pero no acaba ahí lo bueno. Se espesa con cuajada y hay muchas marcas que son sin gluten, además, si utilizas galletas tipo maría sin gluten queda igualmente espectacular. Tú decides si la quieres con o sin gluten, sólo debes elegir el tipo de galleta que desees, por lo demás el proceso es exactamente el mismo.

Espero que os guste la receta y si es así no olvidéis compartir.




Ingredientes:
  • 125 gr de frambuesas
  • 125 gr de grosellas
  • 300 gr de queso crema
  • 500 ml de nata para montar
  • 100 ml de leche
  • 250 gr de mermelada de frambuesa
  • 1 sobre de cuajada
  • 100 gr de azúcar moreno + 4 cs
  • 100 gr de azúcar blanco
  • 90 gr de mantequilla
  • 200 gr de galletas maría sin gluten
En primer lugar, muele las galletas en un procesador de alimentos, con un rodillo, con una bolsa... como mejor te venga. Añade 4 cucharadas soperas de azúcar moreno y la mantequilla derretida. Mezcla bien hasta que quede una mezcla húmeda y suelta. Pon la mezcla en un molde para tartas desmontable, poniendo papel vegetal de cocina en la base sujeto por la parte exterior del molde para que no se mueva. Extiende bien la mezcla en la base y presiona para que quede compacta. Guárdalo en la nevera mientras continúas con la receta.

En una cazuela echa el queso crema (tipo Philadelphia), la nata, la leche, el sobre de cuajada y la mezcla de azúcar moreno y blanco, ponlo a fuego medio y mueve en círculos con unas varillas. Cuando rompa a hervir retíralo del fuego y con mucho cuidado echa el líquido en el molde para que la base de galleta no se deshaga. 

Deja enfriar durante 2 horas, y una vez transcurrido este tiempo, en un cazo echa la mermelada con dos cucharadas soperas de agua para que quede un poco más líquida. No hace falta que llegue a hervir, con que se pueda verter sobre la tarta es suficiente. Para evitar que la mermelada haga un agujero sobre el queso, puedes utilizar una cuchara para suavizar la caída. 

Decora al gusto con las frambuesas y las grosellas. Cuando la mermelada deje de estar caliente mete la tarta en la nevera mínimo dos horas antes de consumirla.
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Si prefieres probar una versión cocinada al horno, PINCHA AQUÍ.

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¡Buen provecho!






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